José Manuel Alonso insiste en que el Ayuntamiento debe presentar contrapropuestas al borrador del nuevo Código de Circulación planteado por la DGT para defender la promoción y desarrollo de los desplazamientos urbanos en bicicleta.

El portavoz del grupo municipal de IU y vicepresidente de la Comisión de Transporte de la FEMP ha expuesto esta mañana en rueda de prensa las posiciones trasladadas ayer en la reunión de la Red de Ciudades por la Bicicleta a favor de la promoción de la bicicleta y contra propuestas del nuevo Código de Circulación, como la obligatoriedad del casco en desplazamientos urbanos en bici o el arrinconamiento en la derecha de la calzada de los ciclistas.

Alonso ha insistido en que el plazo para presentar alegaciones para las ciudades finaliza este viernes, y para la FEMP dentro de un mes. “Desplazar a los ciclistas a la derecha de la calzada, invitando a los vehículos a motor a superarles incumpliendo la distancia de seguridad de un metro y medio es un ejemplo de la inconveniencia de algunas de las propuestas de la DGT”, subraya Alonso. “La cercanía al bordillo es muy peligrosa, sobre todo teniendo en cuenta que si la circulación es a 30 km/h sería innecesaria”, comenta el edil de izquierdas. “La bicicleta es un excelente instrumento de pacificación del tráfico, y todo su desarrollo en Zaragoza puede venirse abajo con la imposición de la obligatoriedad del casco”, destaca.

“El casco debe seguir siendo un elemento voluntario –insiste- numerosos estudios avalan esta tésis, que es la que rige en países con tradición ciclista como Holanda, Dinamarca, Alemania o Francia, mientras que la obligatoriedad del casco, que en Europa sólo ejerce Eslovenia, en otros países ha supuesto un descenso de los kilómetros ciclados de hasta el 60%, como en el Estado de Victoria en Australia o en Nueva Zelanda, sin haber reducido la siniestralidad”.

“La seguridad de la bici depende de su visibilidad, todas las estadísticas apuntan a que el incremento de desplazamientos ciclistas es directamente proporcional a la reducción de accidentes, puesto que por cada ciclista nuevo hay un conductor de coche o moto menos”, apunta Alonso.

Además, ha asegurado que “el casco obligatorio acabaría con los servicios de bici pública” y ha insistido en que es más perjudicial para la salud la contaminación difusa de los vehículos a motor, que anualmente se cobra alrededor de 30.000 vidas.

En cuanto a la circulación por las aceras, Alonso ha apostado por que sea una medida transitoria, porque el lugar de las bicis debe ser el carril bici o la calzada, y ha destacado que la norma zaragozana es más restrictiva que la estatal, puesto que una establece el límite de aceras de más de cuatro metros y la otra de tan solo tres.

Con el compromiso unánime de las ciudades presentes en la reunión de ayer en Madrid, Alonso también ha destacado que la Ordenanza de la Bicicleta de Zaragoza es un reglamento de consenso ejemplar, y ha comentado que otras ciudades han estado interesadas en exportar experiencias pioneras de Zaragoza, como el Observatorio de la Bicicleta o la Ciudad de las Bicis.