IU Aragón respalda la concentración convocada por los sindicatos CCOO y UGT, las asociaciones de vecinos de la Almozara, Delicias, Bombarda-Monsalud y La Bozada, y la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza,  para exigir al Gobierno de Aragón la apertura inmediata de las piscinas del Parque Río Ebro. Su Coordinador General, Adolfo Barrena, hace un llamamiento a sus militantes y simpatizantes y la ciudadanía en general para que participe en este acto reivindicativo que se celebra el sábado, 9 de junio, 11.00 h, frente a la sede de la DGA (Pignatelli, paseo María Agustín, Zaragoza).

Con este motivo, los organizadores de esta concentración han remitido una carta a la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y plantean la convocatoria de diversas movilizaciones para conseguir dicha apertura. Para los convocantes, “el cierre del Parque Río Ebro, además de la pérdida de 16 puestos de trabajo durante el periodo veraniego, supone dejar a los vecinos del barrio de la Almozara sin la única piscina pública de la que disponían, ya que carecen de otras instalaciones municipales y que, además, es usada por vecinos de otros barrios que tienen las suyas saturadas”.

Cabe recordar que, durante años, la existencia del Parque Río Ebro ha sido excusa o argumento, en buena lógica aceptado por los vecinos, para no construir otras piscinas municipales. “Ahora, con el cierre anunciado, un barrio con más de 25.000 habitantes, sus mayores y los niños, no tendrán para refrescarse más que las riberas del río, con el agravante de que buena parte de éstas se encuentran ocupadas por los elitistas clubs privados del Soto de los militares y del Tiro de Pichón –del que por cierto es socia la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi”, explican.

Por ello, los sindicatos y las entidades vecinales valoran la clausura de este equipamiento público como una muestra más de la política del Ejecutivo aragonés particularmente dirigida a recortar los derechos y servicios de quienes más los necesitan, y que pretenden justificar por una supuesta necesidad económica.

“Por el contrario, para las citadas organizaciones, el cierre condena a estas instalaciones al abandono, la degradación y a la pérdida, en suma, de un riquísimo patrimonio público”. En este sentido, trabajadores y vecinos reclaman que se pongan en valor las instalaciones, mejorando, en particular, el transporte público y propondrán otras medidas para rentabilizarlas.