En la celebración del aniversario de la instauración de la II República española, es de justicia recordar que las mujeres contribuyeron, igual que ellos, a la construcción de la llegada – y posterior defensa-, de la II República. Lo hicieron aportando y actuando desde diferentes espacios: políticos, artísticos, sindicales, literarios… Ellas, participaron activamente en ese camino colectivo hacia una sociedad más libre, cultivada e igualitaria.

Ellas, que tanto aportaron, han sufrido doble invisibilización. En un primer momento, en su época. Vivieron y padecieron la resistencia entre los hombres de su generación, y compañeros de activismo, a considerar el papel de la mujer de manera igualitaria como sujetos políticos en ese nuevo espacio. La cruel y tullida sociedad patriarcal, en la que veníamos estando inmersas, se negaba a asumir esa modernidad y la exigencia de una participación igualitaria de la mujer; en el ámbito político y laboral primero, y cultural e intelectual unos años después.

En un segundo momento, y más reciente, en el olvido al que se han visto sometidas estas mujeres cuando ya se pudo recuperar la voz, y la letra, para esta parte de la historia de nuestra democracia. De nuevo, como pasa en todas las épocas y en todas las sociedades, el período de la república sólo se reescribió en masculino. A ellas, que tanto lucharon por ser ellas mismas y que hipotecaron su vida por la causa colectiva, a  ellas, las olvidaron.

Ellas. No quiero nombrar a ninguna porque quiero nombrarlas a todas. Brillantes mujeres. Obreras, escritoras, políticas, desempleadas, militantes y ciudadanas. Mujeres que contribuyeron, de una manera u otra, a erigir una ruptura ideológica que venía de antaño y cuya grieta se presentó, cultural y políticamente, gracias al espacio de libertad generado por la segunda República.

Ellas. Mujeres que lucharon mucho porque ese pequeño oasis de ilusión hacia una sociedad de progreso diera pasos firmes en tratar a su ciudadanía por igual ante la ley. Que trabajaron duro para que la sociedad española fuera más instruida y culta, que se dejaron el pellejo en la lucha de los derechos de la clase obrera, pero que, también,  defendieron que los derechos de la mujer no deben estar supeditados a la lucha de clases. Ellas se dejaron los minutos, las horas y la vida en que fuera una España más libre y menos machista.

“República, república siempre. La forma de gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos». Así respondió Clara Campoamor a un medio de comunicación cuando le preguntaron sobre el modelo de Estado en el Ateneo de Madrid en 1931.

El 14 de abril, celebraremos el 86 aniversario de la instauración democrática de la II República española. Sin duda, una época de color, esfuerzo e utopía por tener una España muy diferente. Una época llena de mujeres inteligentes, combativas, constructivas y luchadoras.

Un golpe de estado fascista decidió que no iba a permitir que el pueblo tomara las riendas de su destino. Ya conocemos el final. Pasó factura a ellos y a ellas por igual, pero la memoria, al igual que entonces, sólo se empeña en recordar a una parte de quienes protagonizaron una época fundamental de lucha por la libertad.

Esta semana celebraremos el aniversario de la victoria legítima de muchos hombres. Pero también, y sobre todo, una victoria de ELLAS.

Amigas republicanas, yo, no os olvido. Gracias. A TODAS.

Paloma Lafuente, portavoz de IU en la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Zaragoza.