Sí, Sra. Serrat. Son ellos y ellas, los jóvenes estudiantes de nuestro centro educativo, los que nos empujan con su ejemplo, al resto de la comunidad educativa, a mostrar el más profundo rechazo a las medidas en contra de la educación pública que ustedes están llevando a cabo.

Son ellos y ellas las que se ponen al frente de las caceroladas, de los encierros, de la protesta; una juventud en las antípodas de la que desearían, acrítica y amodorrada pero necesaria para llevar a cabo sus políticas al dictado de poderosos y mercados. Somos nosotros, sus docentes, los que orgullosos de ellos respondemos a sus convocatorias.

Sí, Sr. Wert. La que se rebela es esa juventud, a la que ustedes les quieren robar su futuro educativo para regalárselo a los bancos. Esos mismos, a los que ustedes denigran caricaturizando como personas fácilmente manipulables por sus profesores, son los que nos empujan a participar en la lucha para evitar la degradación de la educación pública. Esos estudiantes a los que ustedes quieren robarles su futuro, pero no pueden quitarles su criterio.

Sra. Serrat, Sr. Wert, recuerden que Miguel Hernández continua el poema cuyo verso titula esta carta, con otro verso: “ (…) la juventud siempre vence (…)”. No les quepa ninguna duda, el presente pretenden dictarlo ustedes, pero el futuro lo escriben ellos y ellas.

Fdo: Christian Héctor Martín Rubio
Profesor de Matemáticas