En el pleno de la Diputación Provincial de Teruel del 28 mayo de 2012 se aprobó el proyecto y estudio de impacto ambiental de acceso sur a la estación de esquí de Javalambre. Izquierda Unida votó en contra.

Ya entonces, el vicepresidente de la DPT, Francisco Abril, en declaraciones a la prensa, ponía en duda los argumentos de la veintena de alegaciones presentadas contra el proyecto, algunas firmadas por científicos de reconocido prestigio, y se atrevía a anticipar el visto bueno del INAGA. Hay que recordar que la carretera de acceso sur a Javalambre había sido cuestionada desde el primer momento por este órgano, encargado de la gestión ambiental en Aragón,  no considerándola compatible con la conservación de los valores por los que se propuso incluir toda la zona dentro de la red Natura 2000.

Desde Izquierda unida manifestamos en su momento nuestra preocupación por que pudiera intuirse que en todo el proceso existiera un intento de evitar que el órgano ambiental actuase con absoluta independencia e imparcialidad.

Pues bien, el pasado 4 de marzo, Francisco Abril se reunía con los alcaldes de la zona para escenificar su disgusto con la tramitación que está realizando el INAGA y despreciar cualquier participación de las autoridades comunitarias en la evaluación.

Hoy el INAGA ha respondido a las afirmaciones del vicepresidente de la DPT, poniendo en evidencia que no eran acertadas.

Pero mientras, lo que ha conseguido con su reunión es provocar la reacción airada de los alcaldes, que han llegado a amenazar con asfaltar algunas pistas, cuando hacer algo así necesitaría de autorización ambiental.

Desde Izquierda Unida pedimos al vicepresidente de la DPT mayor responsabilidad a la hora de cuestionar la actividad de los órganos ambientales y un mayor respeto a las figuras comunitarias de protección medioambiental. Ya es hora de comprender que la Unión Europea no sólo sirve para repartir subvenciones, también para imponer la preservación del patrimonio de todos cuando las autoridades locales no son capaces.

No es de recibo que se presione  de manera tan directa al órgano ambiental INAGA que debe evaluar el impacto, porque de esa manera se cuestiona su capacidad de ser imparcial en su cometido.

Insistimos en que la necesidad de esta nueva y costosa carretera no se justifica: el pueblo más alejado de la Autovía mudéjar, Arcos de las Salinas, con menos de 200 habitantes se beneficiaría en ahorrarse 30 minutos en su desplazamiento a la estación de esquí de Javalambre. Y es en ese pueblo donde actualmente el Gobierno de Aragón trabaja en un proyecto de desarrollo socioeconómico, en torno a un centro temático de astronomía, a ubicar dentro de su término municipal; con lo que en todo caso, la inversión lógica debiera enfocar el destino del dinero público a mejorar la carretera que une la Autovía Mudéjar con ese municipio, con el fin de facilitar el acceso hacía él de los futuros visitantes, que desde el núcleo urbano más cercano –Valencia- lleguen al Centro Temático de la Astronomía.

El macizo de Javalambre es uno de los ecosistemas más valiosos de España, merecedor de protección a nivel de parque nacional. Hoy queda, en la cara sur, una extensión de territorio bien conservado que ahora quieren atravesar con una carretera, que costaría más de 1600 millones de pesetas de dinero público.