El diputado de IU también ha criticado un incremento del 36% en el reconocimiento extrajudicial de facturas respecto al año pasado y ha exigido información sobre el conflicto surgido a raíz de negar la exposición de una obra crítica en el monasterio de Veruela
El diputado provincial de IU, José Ángel Miramón, se ha abstenido durante el pleno de la DPZ celebrado esta mañana ante la reubicación de la ex interventora de la institución provincial, destituida por Luis María Beamonte este verano. Desde Izquierda Unida se ha optado por “no ser cómplices de esta decisión arbitraria del presidente” aprobando una modificación del Catálogo de Puestos de Trabajo de la DPZ motivada por una “destitución injusta y sólo porque ella hizo su trabajo” e “informes incómodos”.

Críticas al reconocimiento extrajudicial de facturas
Además, el diputado de IU ha denunciado que de enero a septiembre de 2012 se ha destinado un importe de 2,79 millones de euros en reconocimiento extrajudicial, mientras que de enero a septiembre de 2013 un importe de 3,78 millones, es decir un 36% más. “¿No le parece que para estar enmendando el tema en cuestión, pagar de este modo en el periodo indicado un millón de euros más que el año pasado, no es la mejor solución? ¿Qué motivos hay para no seguir el procedimiento legalmente establecido en muchos de los conceptos que detallan las facturas y que son puramente estructurales?”, ha inquirido a Beamonte.

Censura a una obra de Gema Rupérez
A raíz de la denuncia efectuada por la artista Zaragozana Gema Rupérez sobre la censura de que ha sido objeto por parte del gobierno provincial de esta institución, “que pretendía coartar la libertad de expresión de dicha artista en la exposición prevista en Veruela, hemos leído con estupor como el director del área de cultura de esta casa se permitió el lujo de sugerirle a la artista que la obra que pretendía exponer no la iba a entender nadie”. “Nos preguntamos cuántas obras de arte a lo largo de la historia han sufrido idéntico juicio previo por parte de unos poderes públicos mucho más interesados en poner límites a la libertad de expresión y mordazas a quienes planteaban aportar su visión acerca de un problema concreto –ha concluido-; obras, en otros tiempos censuradas y que hoy nadie cuestiona”.