Izquierda Unida reclamará mañana  al Gobierno de Aragón que acepte y acate la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón relacionada con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Montanuy y defienda en el Consejo de Administración del grupo Aramón, del que forma parte, la no presentación de recursos de casación, reconociendo los argumentos de la sociedad civil organizada a través de la Asociación Naturaleza Real y la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón.

Una reivindicación que el grupo parlamentario de IU Aragón trasladará al Pleno de las Cortes a través de una Proposición no de Ley en la que también exige al Ejecutivo autonómico que desestime los proyectos de macroampliaciones de pistas de esquí que, como Cerler por Montanuy o Formigal por Canal Roya, producen notables afecciones sobre el medio natural y ayudan a disparar la deuda de la empresa Aramón, participada por el Gobierno de Aragón. Para el portavoz de Medio Ambiente de IU, Miguel Aso, el “lobby de la nieve” debería destinar los recursos económicos existentes a la mejora de los servicios y las infraestructuras de las estaciones de esquí operativas en la Comunidad para mantenerlas en las mejores condiciones y “siempre con el compromiso ineludible de mantener y proteger por encima de cualquier desarrollo nuestro rico patrimonio natural”.

Sobre el caso concreto del PGOU de Montanuy, la iniciativa de Izquierda Unida incluye en un tercer punto solicitar a la DGA que defienda en el Consejo de Administración del grupo Aramón la apertura de una investigación que determine las razones por las cuales se realizaron las compras de suelo sin cláusulas de salvaguarda, que garantizasen que, en caso de que el PGOU no fuera aprobado definitivamente, se recuperase parte importante de los recursos económicos invertidos y, con ello, reducir los riesgos del aumento de deuda de la sociedad.

Para el diputado de IU, “ninguna Administración pública debe apostar por proyectos como la ampliación de la estación de Cerler, porque no es estratégica, es medioambientalmente insostenible y está basada en pelotazos urbanísticos”.  “Bajo la justificación de que el turismo de la nieve genera empleo, -concluye- se ha pretendido facilitar el negocio del ladrillo, cuando sabemos que la ampliación de Cerler tiene un elevado coste ambiental y supone un modelo de  crecimiento desordenado que hipoteca el futuro social y ambiental de las montañas, porque potencia exclusivamente la creación de segundas viviendas y complejos de ocio, que son importantes consumidores de agua, energía y recursos naturales”.