Es urgente dotar de claridad la Ley de Protección Animal de Aragón de forma que no quede a interpretaciones que nada tienen que ver con el espíritu que inspira la norma y así garantizar que los avances en materia de protección animal de los ayuntamientos, que han ido más allá de la misma, sean respetados.

Nuestro Coordinador y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, recuerda que tenemos registrada en las Cortes de Aragón una proposición de ley de modificación de ley de protección animal pendiente de debatir y que persigue este objetivo. “Con esta iniciativa parlamentaria pretendemos aclarar la normativa autonómica e impedir así sentencias como las que lamentablemente hemos conocido en Zaragoza”, señala.

Fuimios una de las fuerzas políticas que impulsaron la reforma de la normativa autonómica el pasado 7 de febrero y también fuimos pioneras en plantear un cambio de la normativa que regulaba los circos en Zaragoza en la legislatura 2011-2015 y que, finalmente, en la corporación 2015-2019, con el Gobierno de Zaragoza en Común se aplicó este criterio de bienestar animal.

La sentencia declara ilegal un articulo de una ordenanza municipal que prohíbe los espectáculos con animales, porque se produce una “contradicción insalvable” con lo dispuesto en los artículos 34.2 y 69.17 de la Ley de protección animal de Aragón, aprobada por las Cortes de Aragón en 2003.

La sentencia interpreta que la normativa aragonesa establece que los circos con animales pueden desarrollarse siempre que no pertenezcan a especies de fauna silvestre, que son los que viven y se reproducen de forma natural en el territorio nacional. Para Sanz, “está muy claro el espíritu de la norma autonómica, pero el fallo del tribunal es una interpretación que no compartimos y por lo que vemos necesario dotar de claridad la Ley de Protección Animal de Aragón”, apunta Sanz quien recuerda que la Federación Veterinaria Europea (FVE), considera que los mamíferos salvajes utilizados en los circos “comparten la misma estructura genética que sus homólogos en estado salvaje y conservan sus mismos impulsos y necesidades naturales de comportamientos instintivos”.“Es decir, que para que una especie deje de ser salvaje/silvestre y pase a considerarse doméstica es necesario que se produzca una transformación genética en la especie a lo largo del tiempo, lo cual desde luego no ha ocurrido con animales como leones, tigres, osos, elefantes, y demás animales salvajes/silvestres presentes en los circos”, concluye.