En la sesión plenaria del Ayuntamiento de Huesca del pasado miércoles, se puso de manifiesto de forma evidente cuál es el objetivo final pretendido por el PP y el PAR. Ante el pavoroso incendio que está devorando a la ciudad y que está afectando gravemente a la inmensa mayoría de sus habitantes, el equipo de gobierno y su socio han decidido dar un vasito de agua a cada oscense, en vez de rellenar el camión de bomberos y actuar de manera contundente contra el fuego que está arrasando con todo. Lo que evidencia que al equipo de gobierno y a su socio no les interesa apagar el incendio, sino que están, en realidad, dejando que el fuego haga su trabajo y no quede nada.
La decisión de rebajar los impuestos sobre bienes inmuebles y de vehículos supone que el Ayuntamiento va a dejar de recaudar unos 700.000 euros; es decir, voluntariamente renuncia a esa cantidad, tan necesaria para hacer muchas cosas en los tiempos que corren. Se demuestra, en consecuencia, que las políticas de recortes que afirman aplicar porque no hay otro remedio para salir de la crisis no son un instrumento puntual, sino que son un fin en sí mismas y que el objetivo buscado – aunque no declarado sino, precisamente por el rechazo ciudadano que provoca, ocultado – es el desmantelamiento del Estado de bienestar que con tanto esfuerzo hemos levantado en este país (aunque, para ser sinceros, estaba todavía a medio construir). Renunciar a esa cantidad de dinero es negarse a paliar las consecuencias de los recortes, a poner en marcha políticas de empleo, sociales, de estímulo… En definitiva, a redistribuir la riqueza e invertirla en el futuro de todos y todas.

 

Argumentar, como se hizo en el pleno, que 10 euros en el bolsillo de cada oscense más en el año es un “motor de desarrollo”, frente a la posibilidad de poner en manos del Ayuntamiento 700.000 euros para actuar con contundencia y con incidencia en toda la sociedad oscense, es tomarnos el pelo y pensar que somos tontos, tal y como valientemente expuso Pilar Novales, concejal de IU. Sin embargo, esta vez, el tiro les ha salido por la culata, se han desenmascarado y han puesto, negro sobre blanco, su política real, lo que nos va a permitir a quienes vivimos en Huesca actuar en consecuencia, sin que quepan más engaños ni mentiras.

 

Así lo demostró, en

Luis-Arduña

ese mismo pleno, un numerosos grupo de ciudadanos y ciudadanas oscenses que han empezado, en sintonía con otras personas en el resto de España, una huelga de hambre contra estas políticas de acoso y derribo, envueltas en la excusa de una crisis que, en realidad, es una estafa y que les está sirviendo para poner en marcha un objetivo político que, de otra manera, nunca hubieran podido. Sirva el ejemplo de esas personas para la reflexión general y para asumir el protagonismo social que nos corresponde, sin rehuir nuestra responsabilidad individual, que la tenemos.

 

En conclusión, que el próximo año ya no va a valer la excusa de que el Ayuntamiento no tiene dinero para afrontar las necesidades y obligaciones a las que se debe. Lo hay y no lo han querido coger. Y que les quede claro a todos y todas, por si alguien aún tenía alguna duda, que tras la máscara amable de la alcaldesa se esconde, en realidad, el graznido perturbador de la gaviota neoliberal.

 

Luis Arduña Lapetra

Coordinador Local IU Huesca-La Hoya.