Me considero socialista, aspiro a una sociedad donde los medios de producción sean gestionados por los trabajadores, que garantice eliminar el uso de la fuerza de trabajo (trabajadores) para enriquecimiento de los propietarios particulares (capitalistas). El objetivo no es otro que lograr por esta vía un reparto equitativo de la riqueza y que todos podamos acceder a los mismos bienes y servicios. Quede claro que me considero socialista de verdad, no como los dirigentes de cierto partido a los que de socialistas les queda poco más que el nombre.

La pregunta central para mí es ¿por qué si la mayoría saldríamos ganando (todos menos los capitalistas ricos), gran parte de la sociedad se echa atrás cuando les hablas de socialización de los medios de producción? Obviamente la fuerte campaña de demonización del capitalismo (poseedor de los principales medios de manipular masas: televisión, prensa…) ha hecho estragos. Campaña que tiene su más clara manifestación en el argumento que la gente utiliza cuando les nombras el socialismo o el comunismo como alternativa: “pero es que el socialismo se ha demostrado que no funciona” (aludiendo siempre a la URSS o a Cuba), sin entrar en más detalles y sin hacerse la pregunta contraria, esto es, ¿el capitalismo ha funcionado? Lo cierto es que los trabajadores tienen que hacer cada día más horas a menos salario y con él pagar su hipoteca 30 años para no ser desahuciados, con miedo de que no falte salud y trabajo para pagarle “al señorito”, que no es otro que el poder financiero, o poder pagar el sin fin de necesidades que el sistema nos crea. Y todo ello sin entrar tampoco a hablar del fracaso capitalista en el colapso medioambiental y la explotación de los países ricos a los pobres, a donde los grandes capitalistas mandan hoy sus industrias para explotar incluso a niños, para sacar más beneficios.

Hoy la crisis golpeó nuestra línea de flotación: adiós a la casa, con cochazo y perrito de nuestros sueños. Sueño que nos permitiría distinguirnos por lo que tenemos, no por lo que somos. Todo se hunde irremediablemente, cada día un poco más. Y ya no sólo desaparecen nuestros sueños de grandeza, también, a la par que se rescatan bancos con nuestro dinero, se hunden nuestros derechos porque dicen que no los podemos pagar: derecho a una vivienda digna, a la sanidad, a la educación, al trabajo, a los servicios sociales… Son recortes necesarios, nos cuentan, porque están apuntalando su sistema. Un sistema que, gracias a las crisis y a las víctimas que está generando está despertando conciencias en la búsqueda de una salida distinta. Los capitalistas ricos han conseguido anestesiarnos durante muchos años para que parezca, ante los ojos de los capitalistas pobres, que el capitalismo funciona mejor que el socialismo y que no hay alternativa, consiguiendo con ello garantizarse su poder, su control sobre el resto y su infinita riqueza. Ese y no otro, es su principal y casi único objetivo.

Carolina Tena, afiliada de IU Altoaragón