Nuestra Agrupación Local en Cadrete critica la “nula” sensibilidad del Ayuntamiento hacia las y los vecinos afectados por una fuga de gas propano la semana pasada. Su Coordinadora, Mª Ángeles Mercader, denuncia la falta de información y organización a lo largo de las más de 30 horas de una situación de peligro para las  personas residentes y para casi todo el casco histórico de la localidad, que en caso de deflagración, hubiese sido una auténtica desgracia.

En su opinión, “no basta con que el alcalde esté en la calle viendo como los operativos trabajan para poder controlar el escape de gas, o bien para ver cómo se van quemando los 10.000 litros de gas que contenía el depósito de gas enterrado, o bien para avisar a los medios de urgencias, bomberos, protección civil y guardia civi”. “Se olvidó de lo más importante,  -continua Mercader- de las familias que quedamos en la calle con lo puesto y que tuvimos que optar por entrar a nuestras viviendas a dormir bajo nuestra propia responsabilidad”.

Además, la Agrupación Local en Cadrete acusa al Ayuntamiento de cometer errores en esta gestión, ya que las y los vecinos de las 30 viviendas afectadas de la urbanización, más la urbanización colindante de otras 11 personas, no fueron avisados por el Consistorio inmediatamente para desalojar sus viviendas, dado el alto riesgo que había de que se produjese de nuevo un accidente y una chispa hiciese una deflagración del gas acumulado en el depósito enterrado, o bien que incendiase el gas que se escapaba e inundaba el aire de las inmediaciones de las urbanizaciones afectadas.

Para Mercader, los efectivos de bomberos, guardia civil, protección civil y operarios municipales cumplieron con su trabajo correctamente, “pero desde el Ayuntamiento de Cadrete no ejerció la competencia de desalojar, organizar y procurar por el bienestar de unos vecinos asustados por el fuerte olor a gas, por el riesgo de estar en sus viviendas dentro del perímetro acotado de seguridad, porque las órdenes fueron lentas y confusas a lo largo de todo el día de cómo se debía de actuar y quien podía pasar a sus viviendas por algo necesario y urgente”.

“Los vecinos tuvimos que buscarnos la vida en salir de nuestras casas, yo me desalojé inmediatamente, otros lo hicieron más tarde cuando el ayuntamiento ya decidió llamar casa por casa para evacuar la zona, en todo caso una decisión acertada pero a la que tardaron demasiado tiempo en poner a cabo”, añade.

Mercader recuerda que el Ayuntamiento tampoco tuvo la precaución de organizar para que los vecinos pudiesen descansar en lugar seguro como podía haber sido el pabellón deportivo con colchonetas, mantas o agua para quienes lo necesitasen, ya que había gente que estaba completamente en la calle con lo puesto y con niños en brazos.