Esta mañana hemos presentado sus propuestas en materia de trabajo para personas con dificultades de empleabilidad. Tras mantener un encuentro con la Red de Entidades por la Inclusión, los candidatos Álvaro Sanz y Marga Deyá han reivindicado dar una salida desde lo público a las personas que sufren el drama del paro cronificado. Una realidad que en Aragón afecta a 18.000 personas.

“El trabajo es uno de los pilares de la vida digna y, por ello, Izquierda Unida apuesta por la fórmula de empleo garantizado, de manera que se pueda devolver al mercado laboral a aquellas personas en situación de paro durante más de dos años”, ha defendido Sanz. “Dando oportunidades de trabajo garantizado desde lo público consigue un triple beneficio: los parados consiguen un empleo digno, se cubren necesidades sociales a través de servicios públicos y se reactiva la economía con más personas empleadas y poder adquisitivo”, ha señalado Sanz.

Asimismo, Marga Deyá ha explicado que “IU apuesta por las reservas de contratos desde las administraciones para personas en riesgo de exclusión, haciendo pequeños lotes y obligando a cumplir la ley a las empresas”, tal y como ha hecho en aquellos lugares donde gobierna, como el Ayuntamiento de Zaragoza. “Otra de nuestras propuestas de generación de empleo es que se fomente la formación de cooperativas que respondan a necesidades sociales en las comarcas y en el medio rural”, ha concluido Deyá.

“La exclusión no debería darse en una sociedad con salud democrática –ha lamentado Sanz-, no hemos recuperado los derechos perdidos en la crisis y tenemos mucha más vulnerabilidad, habiéndose incrementado el número de personas que viven en la cuerda floja”.

Hemos querido compartir con entidades que se dejan la piel a diario abordar esas problemáticas, con el encuentro con la Red. Allí, Sanz se ha comprometido a “garantizar una red de servicios públicos que amplíe derechos subjetivos y avanzar para que todo el mundo tenga un mínimo vital”.

También hemos vuelto a plantear un plan de choque para ayudar a los que absorben mayor porcentaje de población en riesgo de exclusión, que permitiese mejorar las condiciones de esa atención individualizada a la diversidad, como por ejemplo el centro de la Caridad, que atiende a diario a más de mil personas de 32 nacionalidades diferentes.