El diputado de IU por el Alto Aragón y portavoz en la Comisión de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Miguel Aso, ha solicitado la comparecencia del consejero del ramo, Rafael Fernández de Alarcón, para que informe en el Pleno de la Cámara aragonesa sobre los trámites de si Departamento para la dinamización del aeropuerto de Huesca-Pirineos.

Una comparecencia que Aso pide explicaciones al consejero ante los últimos datos sobre el coste de cada pasajero que llegó a este aeropuerto a las arcas públicas y que alcanzan los 3.800 euros según los datos de AENA publicados por Radio Huesca. Según estos datos, el total de pasajeros durante el 2012 fue de algo más de 1.300, la menor cifra desde su puesta en funcionamiento en el año 2007. Y este año, la cifra alcanza los 62 pasajeros. Todo ello, junto a los del coste de la infraestructura, que superaba los 40 millones de euros y los 5 millones que cuesta el mantenimiento al año, hace que cada pasajero que llegaba al aeropuerto el pasado año costara al erario público 3.800 euros.

El diputado de IU, que reitera la necesidad de que el Gobierno de Aragón pacte el cierre del aeropuerto como infraestructura para el vuelo comercial, negociando que el dinero que anualmente cuesta el mantenimiento del mismo pueda servir para la ubicación de una escuela de formación de pilotos y para el desarrollo del vuelo deportivo sin motor, denuncia el “despropósito de esta infraestructura, pues el actual uso del aeropuerto de Huesca es inútil para la ciudad y la provincia y es urgente negociar su cierre comercial para buscarle una salida que permita situarlo como punto de referencia estatal en la formación de pilotos y el vuelo deportivo que permita dar una salida que sirva para el desarrollo socioeconómico de la ciudad de Huesca y de la Comarca de la Hoya de Huesca”.

Aso advierte que, a este elevado coste, hay que añadir las afecciones que el aeropuerto “ha supuesto a otras actividades de gran tradición y pujanza como era el vuelo deportivo sin motor, cuya sede se encontraba en el aeródromo de Monflorite y que tuvo que irse por ser su uso incompatible con la finalidad comercial del nuevo aeropuerto”.

En su opinión, la deriva de este aeropuerto pone de manifiesto que “es una pieza más de ese modelo especulativo, de depredación del Pirineo y de apuesta por la marbellización del mismo, que está absolutamente fracasado”.